Ronda de los Muñoces, 45 – Pozoblanco (Córdoba)

Como hemos mencionado con anterioridad una de las premisas de Cosmética Pedroches es la consciencia de cuidar de igual manera a los consumidores y  al planeta Tierra. Por eso en este Post hemos visto oportuno hablar sobre las consecuencias de usar cosméticos convencionales y la importancia de utilizar productos ecológicos, en su defecto naturales.

Nuestras decisiones de consumo impactan en nuestro cuerpo y en nuestro planeta. La industria de productos cosméticos está en los primeros puestos de las actividades económicas más contaminantes.

Las pequeñas cantidades de componentes químicos que contienen los productos cosméticos convencionales supuestamente no son perjudiciales; El problema viene con la suma de esas pequeñas cantidades de agentes químicos o contaminantes. Un envase de 150 ml puede contener entre 130.000 y 2.800.000 microesferas de plástico. Esto supone que cada vez que nos limpiamos la cara con un exfoliante o nos lavamos los dientes con una pasta dentífrica convencional, estamos vertiendo miles de piezas de plástico al medio ambiente. Además el uso de ingredientes tóxicos que contienen,  pueden causar diversas patologías para los usuarios.
La media europea de consumo es de 17 productos cosméticos al día, lo que tiene graves consecuencias tanto para nuestra piel como para el medio ambiente.

La cosmética natural y orgánica está ganando cada vez más impulso en todo el mundo, con un crecimiento aproximado del 8-10% anual.
Resulta indispensable conocer las diferencias entre cosmética natural y ecológica, teniendo muy claro que diferencia hay entre ecológico, natural, de origen natural y de sintéticos.

La denominación de cosmética natural está absolutamente extendida y a la postre desvirtuada. Una marca puede publicitar su producto como hecho con ingredientes naturales, con que contenga dos o más, sin incumplir la ley.

El certificado “Natural” especifica únicamente que el origen de los ingredientes son de procedencia natural. No garantiza que durante el proceso de producción de esos ingredientes, no se utilizasen compuestos químicos perjudiciales.

Para certificar un producto como natural, debe contener al menos un 95% de ingredientes de origen natural. que como no me canso de repetir, no es lo mismo que natural. Pero el certificado lo paga la empresa, y  cumple las normas establecidas en el protocolo de fabricación y ya tiene su sello de certificación natural.

¿Cual es la diferencia?

Un ingrediente natural es el que se obtiene por medios mecánicos, o físicos. Ya sea molido, prensado, calentado, enfriado, congelado, destilado, infusiónado, macerado, centrifugado, etc.

Un ingrediente de origen natural es el que se obtiene mediante procesos en los que intervienen sustancias y procesos químicas para poder obtenerlo.

Un ejemplo para entenderlo: Un limón es natural, el zumo del limón obtenido exprimiendo el limón, es un ingrediente natural. El ácido cítrico obtenido mediante síntesis es un ingrediente de origen natural. A nadie se nos ocurrirá pensar que una cosa es igual que la otra. Pero en en cosmética se empeñan en vendernos la moto.

Los productos cosméticos ecológicos son aquellos cuyos ingredientes provienen de la naturaleza, no han sido modificados genéticamente ni han sido tratados con químicos durante el proceso de producción. La cosmética ecológica se enmarca en un entorno verde y provienen de un sistema de producción respetuoso con el medio ambiente. A lo que se pueden unir factores como el ahorro de energía, la ausencia de uso de pesticidas, tener un buen manejo de desechos o controlar la emisión de gases , entre otras cosas. El proceso de producción no perjudica al medio ambiente ni a la salud.

Es importante distinguir que para que un producto pueda llevar en su etiqueta que es eco, debe estar certificado por una empresa de certificación independiente, que garantice que el fabricante cumple las normas de fabricación y trazabilidad en su fabricación, que son muy estrictas.

En esto hay que tener cuidado, está muy extendido que vendedores muy despiertos, y sin ética ninguna, diseñen unos sellitos muy monos, para  dar a sus clientes certeza de que sus productos son  “natural” “hecho a mano” “eco” “cruelty free” , etc, ect…sin que detrás de cada uno de ellos se cumplan todos los requisitos legales para poder usarse.

El “Hecho a mano” no se debe poner, salvo que tengas el certificado de artesanía, y la artesanía no son los trabajos manuales que haces en casa, por muy bien hecho que esté,  si  los vendes estás haciéndonos una competencia muy desleal, a los artesanos que  cumplimos con los todos los requisitos legales para poder usar el logo.

Otro certificado que causa mucha confusión es el de Vegano. Certifica que ningún ingrediente usado en la fabricación es de origen animal. Pero no significa ni mucho menos que sean natural, ni ecológico. Es más, a menudo los productos veganos, sin certificado de natural y o de ecológico, tanto de alimentación como de cosmética suelen ser productos con una cantidad enorme de aditivos químicos.

Que os quede claro: Una certificación de  “Producto Vegano” no significa que es natural.

Y por último la certificación de “Cruelty free” significa que no se han utilizado animales para experimentar, ni testar el producto, pero si que puede contener algún ingrediente de origen animal, para que certificar eso está el Vegano, como ya hemos explicado antes.

 

La industria cosmética convencional dispone de más de 10.500 ingredientes para elaborar sus productos. En su mayoría, ingredientes sintéticos y sobretodo derivados de la industria petroquímica.

Aprender a leer las etiquetas y detectar los ingredientes más perjudiciales hará que evitemos poner nuestra piel en contacto con sustancias tóxicas que se van depositando y acumulando en nuestro organismo. Estos ingredientes tienen efectos perjudiciales que van desde alergias e intolerancias a enfermedades de la piel o cáncer. Aprenderse todas las sustancias que puede contener un cosmético es una tarea complicada, pero sí que podemos intentar revisar las etiquetas de los productos para identificar sustancias consideradas de mayor riesgo. Deberíamos evitar cualquier producto que contenga alguno de estos ingredientes:
Aluminium, Boric Acid, Sodium borate (conservantes), CI+5 cifras (colorantes sintéticos), Diethyl Phtalate, Dimethyl Phthalate, EDTA, Ethylhexyl Methoxycinnamate, Benzophenone, Oxybenzone, 4-methylbenzylidene camphre, Formaldehide, Aldioxa, Alcloxa, Allantoin, DMDM Hydantoin, MDM Hydantoin, Diazolidinyl Urea, Imidazolidinyl Urea, Parfum o Fragrance, PEG, PPG. También hay que evitar ingredientes que incluyan en su nombre las letras y la terminación –eth, Petrolatum, Paraffinum liquidum, Cera microcristalina, Phenoxyethanol, Selenium sulfide, Sodium laureth sulfate, Sodium Myreth Sulfate, Triclosan, Triclocarban, 2-Bromo-2-Nitropropane-2 y 3-Diol.

Esta lista es orientativa e incluye un buen numero de ingredientes con limitación de uso en cosmética, osea, que se pueden usar solamente unas cantidades como máximo, que la Agencia Española del Medicamento y Productos Cosméticos establece que es la dosis segura de consumir para las personas, sin que suponga riesgo. Esto es muy relativo, porque no todas las personas reaccionan lo mismo a los mismos factores.

Existen muchos más ingredientes con diferentes recomendaciones y que cada año se van revisando y cambiando de “permitido” a “limitado su uso” y a “prohibido” dependiendo de los efectos secundarios que se van demostrando con su uso a lo largo del tiempo. Por lo tanto, mientras menos ingredientes de síntesis usemos, mucho mejor. Estos ingredientes perjudican el organismo, también son tóxicos para las aguas del mar, ríos, lagos…dañan los entornos naturales, bien por su toxicidad o bien por sus procesos de producción, perjudicando consecuentemente a los seres vivos que allí habitan.

Con el aceite de palma se ha suscitado una polémica que poco tiene que ver con su idoneidad como ingrediente cosmético. Es un ingrediente natural, a menudo con certificación ecológica. Tiene potentes cualidades emolientes y antioxidantes (contiene más vitamina E que el aceite de oliva) es un ingrediente muy indicado para problemas de la piel como, por ejemplo, la dermatitis atópica.

Entonces ¿Hay que dejar de usar el aceite de palma en la cosmética?

Recordemos la historia de cómo llego el aceite de palma a nuestra vida. Hace alrededor de treinta y cinco o treinta y seis años. de repente la manteca de los cerdos que se crían en nuestras dehesas y que se usaba en nuestros obradores para fabricar dulces, nos dijeron que era veneno para nuestra salud, y que debíamos cambiarla por aceites vegetales. Y así llegó el aceite de palma. Nos vendieron la bollería industrial con letras enormes rojas entre estrellas doradas de “Fabricado con grasa vegetal 100%”, lo que no nos dijeron fue, que esa grasa era tan perjudicial para nuestra salud, como nuestra grasa de cerdo, además de traerla desde el quinto pino.

Y de repente nos dicen que es malísima … hasta para la piel, ¡Ah! y ahora nos cuentan lo de la deforestación y sus consecuencias, porque mira por donde en cerca de cuarenta años, no lo han visto hasta ayer.

Por el camino de esos obscuros intereses, se han arrasado selvas, multitud de animales salvajes han perdido su hábitat, tribus enteras han perdido su medio de vida, porque llegó el hombre blanco les propuso sembrar palmeras, les prestó dinero para sus plantaciones, les prometió comprarles siempre el aceite y de pronto el hombre blanco  da la alarma de que es malo para las coronarias y lanza una campaña contra su consumo. Las familias no pueden afrontar los pagos y les expropian sus tierras, que han pasado a manos de los que les prometieron un futuro próspero,, lo han perdido todo y ahora son victimas de la miseria y de las mafias que trafican con personas. Y  fijaos que casualidad el hombre blanco es ahora el dueño de los  terrenos de cultivo limpios y listos para meter máquinas y producir lo que más les interese, sin preocuparse ni de las personas que allí habitan, ni de los animales salvajes o domésticos y ni mucho menos, del planeta.

¿Cómo lo sé? mientras impartía un taller, usé el aceite de palma para el jabón que fabricamos en dicho taller, las mujeres me preguntaron que porque usamos un aceite tan malo.  Y yo empecé a contarles que pienso que nos están manipulando por intereses que yo no entiendo, pero que estoy segura de que están ahí, porque los mismos que antes nos quitaron de usar nuestra manteca, ahora nos quieren quitar la palma y a mi me recuerda a cuando yo era pequeña y al político de turno le tocó vendernos el aceite de soja de los americanos y el médico les decía a mis abuelos que no podían comer aceite de oliva  porque era malísimo, En mi casa esto era una ruina. porque en mi casa se vivía de los olivos. Cuando yo estaba hablando de esto una mujer joven se acercó a mi y con las pocas palabras que sabia de español y con gestos, nos explicó que lo habían perdido todo y no tenían nada para comer y tuvieron que abandonar su tierra. Así que las pocas familias que resisten necesitan seguir vendiendo su aceite, para sobrevivir. Las palmeras están sembradas, se ha cambiado rotundamente el biotopo, pero sigue siendo un bosque de palmeras.

Permitirme una comparación: Si cuando durante el desmonte de la Dehesa de la Concordia, que dio lugar a nuestros inmensos bosques de olivos, Hubiesen existido movimientos ecologistas, esto se habría considerado un crimen, pero hoy en día nuestra sierra es un biotopo muy rico y diverso considerado un tesoro natural. Y de ellos vivimos muchas personas que lo amamos y respetamos. Respetemos que las personas que viven de esas palmeras logren lo mismo.

Mas tarde la responsable de los talleres nos explicó que había sido liberada de una red de trata de blancas. Esta triste historia demuestra que como los poderosos son los dueños de los medios de comunicación, nos hacen creer lo que les interesa, para su beneficio y caemos en sus bulos continuamente.

Que os quede claro, el aceite de palma para cosmética es un ingrediente muy beneficioso. Para la alimentación no, pero tener claro también, que un bollo relleno de chocolate sin aceite de palma, tampoco es bueno, para que lo comais todos los días.

En conclusión, a los consumidores no nos queda otra que buscarnos la forma de que a la hora de elegir un cosmético busquemos como traducir el INCI de la composición del producto y si en la letra pequeña no cumple lo que pone en las letras grandes de publicidad, no volvamos a comprarlo, por la cuenta que nos tiene.

Ese es el poder que tenemos los consumidores, si dejamos de consumir contaminación, a los fabricantes no les quedará más remedio que dejar de producirla.

 

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